Correr con el fresco de la mañana o levantar pesas después del trabajo. Tus hormonas determinan cómo te va a funcionar cada horario. Si preguntas a cuatro personas diferentes tendrás cuatro opiniones para elegir respecto a qué hora del día debes hacer deporte. Lo más normal es que hablen desde la anécdota: uno se sentirán más frescos por la mañana, mientras otros te dirán que tienen más fuerza por la tarde.
Por desgracia, en la mayor parte de los casos lo que escucharás es “es el único momento del día que tengo”.
Pero ¿qué dice la ciencia de todo esto? Para empezar, tu cuerpo está controlado por los llamados ritmos circadianos, es decir, la sucesión de el día y la noche, el sueño y la vigilia cada 24 horas.
Aunque en la vida moderna ha alterado este ritmo natural, aún estamos programados para segregar determinadas hormonas por la mañana y otras por la noche, o para estar más activos a determinadas horas del día. Aquí tienes un diagrama de ese ciclo de 24 horas:
Cada una de estas subidas y bajadas afectan de forma diferente a tu rendimiento. Así funciona cada hora del día:
La temperatura corporal alcanza su punto más bajo mientras dormimos, aumenta rápidamente al despertar y alcanza su punto más alto pr la tarde. Si has intentado hacer ejercicios de fuerza con pesas por la mañana te notarás “frío”, literalmente. Una temperatura más alta permite una mejor velocidad, lubricación de las articulaciones, flujo sanguíneo y transmisión de los impulsos nerviosos.
La mayor parte de los récords olímpicos se han batido por la tarde. Los estudios indican que las diferencias en rendimiento se van corrigiendo con el tiempo. Es decir, si al principio tienes poca energía entrenando por la mañana, tu cuerpo se adaptará, pero como también ha adaptación a entrenar por la tarde, siempre hay mejor rendimiento por la tarde.
Además, aunque la testosterona esté más baja por la tarde, sube más como respuesta al ejercicio a esta hora. El cortisol también está más bajo, así que las tardes son el momento adecuado para hacer músculo, aunque las diferencias son pequeñas, y solo las notarás si eres un atleta profesional.
En los ejercicios de resistencia, como carreras largas o natación, no se han encontrado diferencias significativas entre la mañana y la tarde, así que si te gusta salir a correr al amanecer, sigue con ello. Se sigue cumpliendo que tu cuerpo estará más frío, así que hacer calentamiento y estiramiento es fundamental a estas horas.
Las ventajas de hacer ejercicio por la mañana vienen por otros lados. Nuestro sueño tiene que ver con el descenso de la temperatura corporal, y el ejercicio la hace aumentar. Esto está bien por la mañana para despertarte, pero puede interferir con el sueño de noche. Las personas estudiadas que hacen ejercicio por la mañana suelen dormir mejor por la noche.
El otro efecto interesante de entrenar por la mañana no tiene que ver con el rendimiento, sino con la comida.
El ejercicio moderado o intenso por la mañana suprime el apetito durante el resto del día y puede ayudar a controlar los antojos de comida basura. Por último, cuando haces ejercicio por la mañana tienes el resto del día libre, y para algunas personas es más sencillo encontrar la fuerza de voluntad para ir al gimnasio por la mañana que después de un largo día de trabajo.
En definitiva, las diferencias no son muchas, así que la mejor hora para entrenar en tu caso será siempre la hora a la que de verdad entrenes porque encaje mejor con tu estado de ánimo y el resto de tus obligaciones.